La ciudad insospechada











“Las ciudades se comen a los hombres. Por eso es posible perderse en ellas. Por eso, a veces, es posible no regresar.”
Eduardo Lalo, Los países invisibles


Soy de Barranquitas. Para aquellos que desconocen su ubicación esta situado en el centro de la isla, para los san juaneros, cerca de Bayamón, un poco después de Naranjito. Repasando, hace ya casi ocho años que vivo la mayor parte del tiempo en el área metro: para ser exactos viví cinco años en Río Piedras y llevo más de dos viviendo en Hato Rey. A pesar del tiempo transcurrido no me acostumbro. No siento que pertenezca aquí como tampoco pertenezco a Barranquitas (aunque con esto no estoy diciendo que no me sienta orgullosa de mi pueblo). Me pregunto, ¿habrá otros compañeros errantes dentro del mismo Puerto Rico que sienten que no pertenecen? Se siente como un vacío y una incomodidad los cuales han sido descritos a la perfección por Eduardo Lalo en varios de sus libros, sobre todo en Los Países Invisibles. Aquí a la ciudad se le odia e irremediablemente se le aprecia (me cuesta trabajo decir “se le quiere”) en iguales proporciones. Pero sin más rodeos, a lo que iba era a contarles cómo después de tanto tiempo he venido descubriendo otras caras de San Juan que yo, como estudiante universitaria y habitante citadina reacia a mi condición, no había querido ver.
Por muchos años iba al viejo San Juan a “janguear” a las próximamente suspendidas Noches de Galería. El resumen: música, baile, amigos y alcohol hasta las tantas. Y, por supuesto, no podían faltar los consabidos domingos familiares en el Morro. Esto después de mucho tiempo de hacerse recurrentemente llega a aburrir. Entonces tocó buscar opciones hace dos años atrás, cuando comencé a salir con mi actual novio quien no bebe ni es amante del bullicio, cosas de las cuales yo también ya me venía cansando. Mis salidas tomaron nuevos rumbos dentro de la ciudad. Empezamos con el Jardín Botánico de Río Piedras. Al principio no me maravilló pues las personas que vienen del centro de la isla tenemos la dicha de tener bien cerca de nuestras casas ríos, muchos árboles, una que otra iguana, patos, gansos y casi todo lo que podemos encontrar allí. Supuso una alegría el saber que dentro de la ciudad todavía hay espacios que nos recuerdan el lugar donde crecimos, un lugar adonde podemos volver para rescatar algunos recuerdos. Al igual que el Jardín Botánico, el Parque Central y el parque Jaime Benítez en la Laguna del Condado son lugares tranquilos y refrescantes donde puedes tener un tiempo de esparcimiento ya vayas sol@ o acompañad@. En éste último todos los primeros y terceros sábados del mes se presenta Cine al aire libre. Cada quien lleva s sillita o sábana para acomodarse mejor y disfrutar en comunidad de una buena película. Realmente vale la pena y lo mejor de todo: es GRATIS.
Ya me extendí mucho pero no puedo terminar si hablar de mi rincón favorito. Está al final de la calle San Sebastián y fue la residencia de los Ponce de León. Se llama la Casa Blanca y fue construida para 1521. Al atravesar los portones sentí que me transportaba a la época colonial pues no mucha gente visita el lugar y, al estar rodeado densamente de árboles y jardines olvidé que estaba en la ciudad amurallada. Los jardines tienen varias fuentes al estilo morisco del sur de España, colmadas de lirios acuáticos, incluso hay sapos. El aire es fresco, hay aves y una vista a la bahía libre de turistas. Tiene dos museos los cuales he encontrado cerrados todas las veces que he ido. A pesar de esto, es suficiente con disfrutar de los jardines y transportarse con la imaginación fuera de la ciudad, a otro tiempo.
Aquí comparto con ustedes algo sencillo que escribí para contar mi experiencia al visitar la Casa Blanca aquel día:
http://blogs.myspace.com/index.cfm?fuseaction=blog.view&friendId=81041393&blogId=355720168

* Todos los lugares mencionados tienen la entrada gratis. En cuanto al museo de la Casa Blanca desconozco si cobran algo por entrar ya que, como mencioné, las veces que he ido ha estado cerrado. También hay grupos de voluntarios que dedican algunos fines de semana al mes para limpiar los jardines de la Casa. Cuando tenga más información les dejo saber.

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