B A R R A N Q U I T A S

En pasado fin de semana (del 16 al 19 de julio) se celebró en mi pueblo, Barranquitas, la 49na Feria Nacional de Artesanías. A grandes rasgos les explico su historia. Esta celebración comenzó con una reunión de artesanos de Barranquitas y pueblo aledaños que se reunieron en la plaza de recreo para exponer su trabajo y conmemorar el natalicio del barranquiteño Luis Muñoz Rivera. Téngase en cuenta que don Luis Muñoz Rivera fue poeta, periodista y líder autonomista que buscaba la separación de la isla del yugo español y cuya gestión redundó en la otorgación, por parte de la corona española, de derechos y libertades que iban encaminadas a ese fin. Lamentablemente son pocos los que aun se toman la molestia de conocer sobre él y lo único que atisban a decir es que fue el padre de Luis Muñoz Marín. Quien se haya sentido aludido por lo dicho anteriormente, por favor, tómese la molestia e instrúyase porque lamentablemente esto no se enseña en las escuelas. También le sería útil para este fin que visite la casa de Muñoz Rivera y el Mausoleo de la familia Muñoz, ambos en el corazón de Barranquitas.
La reunión de artesanos se siguió llevando a cabo durante los años venideros y cada vez eran más los que llegaban de pueblos distantes a ofrecer su obra. De esta forma nace y se desarrolla la Feria de Artesanías más antigua del Caribe y América Latina para nuestro orgullo.
Este año la feria tuvo la perticularidad de ser organizada por una junta de directores del Centro Cultural de Barranquitas renovada. Asumieron las riendas de esta empresa jóvenes de poco más de 30 años trabajando de la mano de los más veteranos y, en el poco tiempo que llevaban al mando, nos regalaron un fin de semana divertido y relajado. A todos ellos, ¡gracias!
A quienes leen esta entrada y no pudieron asistir este año, espero que sí puedan hacerlo el próximo.
Me enorgullece decir que Barranquitas está renaciendo en el ámbito cultural después de mucho tiempo aletargado. Aparte de la Feria de artesanías se celebra anualmente el Festival del Apio. Quienes no conozcan esta verdura deben correr a la plaza del mercado más cercana, comprarlo, pelarlo y echarle unos trocitos a las habicuelas que guise para que hagan mbocadura. Luego puede cocinarlo y acompañarlo con un bacalao guisado para su almuerzo de mañana.
Siguiendo por esa línea, quienes se aventuren en cualquier momento del año a este pueblo podrán darse gusto con la cantidad de restaurantes que han emergido después del éxito que ha tenido la Vaca Brava. Ahora se le suman Los Aviones, La Vencidad del Chavo, El taquito de la Vaca y mi nuevo lugar de jangueo gastronómico El Mofongo Express. Este último tiene la peculiaridad de especializarce en comida china y mofongo. Y la variedad de mofongo es tan amplia que hay que ir más de una vez para poder hacerle justicia a todos: el mofongo tradicional, mofongo de amarillos, mofongo de apio y mofongo mixto, o sea,de amarillos y apio. Ya yo los degusté todos la pasada semana y ¡fue algo glorioso! Otra de los extras que tiene el Mofongo Express es que allí mismo se ubica ahora el Café de don Pedro. El mismo que reseñé en entradas anteriores ahora ubica dentro de este restaurán y es la mejor forma de cerrar con broche de oro una experiencia gastronómica como la que uno vive allí. Mi sugerencia: pruebe el café de la casa. Para más información sobre don Pedro por favor remítase a las entradas anteriores.
Si es amante de la naturaleza debe realizar una expedición al Cañón de San Cristobal. Así, aparte de disfrutar las maravillas de este lugar único en la isla aprovecha y con el ejercicio baja las libras que aumentó luego de hacer la ruta del sabor barranquiteño. Para bajar al Cañón debe hacerlo con el equipo correcto y un guía certificado. Si se aventuran, les recomiendo que contacten al sr. Samuel Oliveras. El es historiador y geógrafo con muchísima experiencia, preparación y sobretodo muy amable y cordial. Pueden contactarlo a través de facebook. Créanme, no se arrepentirán.
Finalmente, no pierdo las esperanzas de que pronto abran al público la casa de pueblo de Clara Lair, el histórico Museo de Arte de Barranquitas y quizas, algún día, El Cortijo. Ya más adelante le comentaré un poco más sobre los últimos dos.
Hay mucho por descubrir sobre este pueblo, sobre esta isla. Igualmente, queda mucho más por hacer. Por lo pronto, lánzate y adéntrate en nuestra isla. ¡Disfruta!